El marañón es el fruto de un árbol tropical del Centro y Sur América. La fruta es agridulce, refrescante y de sabor fuerte. Contiene vitaminas A, B1, B2, B3, y C, calcio, fósforo, hierro, pectinas y tanino.
La semilla del marañón es un comestible de alto valor para el cerebro. La nuez, muy nutritiva, fortalece el cerebro, la memoria y el sistema inmune; la frutilla se usa para tratar infecciones de bronquios y pulmones por su alto contenido en vitamina C.
Las hojas en cocimiento detienen las hemorragias. La corteza, preparada en cocimiento, tintura o extracto, se usa para el paludismo y la anemia, y como reconstituyente en la convalecencia, es astringente y desinflama las piernas utilizándola en baños.
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Es de gran utilidad para bajar el azúcar en los diabéticos y estabilizar en hipoglucemia. Una forma común es macerando 30 g de la cáscara en un litro de agua por 2 a 4 horas y se da a beber por copitas tres o cuatro veces al día.
La tintura se utiliza también contra la impotencia sexual y en convalecencias largas. El aceite de cardol extraído de la semilla, se emplea para destruir verrugas y callos. En Colombia, con su fruto, se elabora un vino sin alcohol. La almendra del marañón se utiliza en repostería, confites, chocolates y en la industria panadera. Del falso fruto se obtiene vino, vinagre, gelatina y jaleas.