Se conoce como moringa, marango, malungay, palo jeringa, ben, acacia y jazmín francés. La Moringa oleifera es un árbol de hasta 9m de altura originario del sur del Himalaya, el nordeste de la India, Bangladesh, Afganistán y Pakistán. En América Central fue introducida en 1920 como planta ornamental y para cercas vivas.
Es rica en nutrientes, calcio, cobre, hierro, potasio, magnesio, zinc, aminoácidos arginina, histidina, isoleucina, lisina, cistina, metionina, fenilalanina, treonina, prolina, tryrosina, glicina, serina y ácido aspártico. Crece en Cuba y aún falta mucho por investigar y descubrir de este «árbol milagroso», como muchos comienzan a llamarlo porque se usa con éxito principalmente para tratar padecimientos de diabetes mellitus e hipertensión.
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Mejora el sistema inmune y la irrigación sanguínea, regenera células, es diurética, antiparasitaria, útil en problemas óseos. Sirve para cicatrizar, tanto interna como internamente. Es un antiinflamatorio poderoso y antianémico; se usa contra cálculos renales y vesiculares, úlceras y forúnculos, paperas e infecciones en general, e incluso para problemas de los ojos. El consumo diario de 20 gramos de moringa verde ayuda al control de la presión y el peso corporal, así lo reportó una investigación realizada a personas atendidas con moringa en estas dolencias, pero todavía es prematuro definir un tratamiento ideal a seguir. Se consumen las hojas, los talos, las flores los frutos y las vainas tiernas.
Fuente: Diccionario Naturista, Naturaleza y Vida