Vitamina C: Qué es, cuáles son sus beneficios

La Vitamina C es también conocida como ácido ascórbico. Se conocen dos formas activas de vitamina C, el ácido ascórbico y el ácido dehidroascórbico. Ambas son utilizadas en muchos procesos metabólicos por su facilidad de reducirse y oxidarse reversiblemente.

Vitamina C
Vitamina C

Funciones de la vitamina C

Participa en la activación de las funciones vitales de todas las células, órganos, glándulas y sistemas. Se requiere para el crecimiento y la reparación de los tejidos para el funcionamiento de las glándulas suprarrenales. Protege contra los efectos dañinos de la polución, ayuda a prevenir el cáncer, aumenta la inmunidad y protege contra infecciones. Es un poderoso antioxidante.

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Ayuda al cuerpo a neutralizar y destruir las moléculas de los radicales libres, una de las causas del envejecimiento prematuro. Preserva los ácidos grasos esenciales de las membranas celulares y facilita que las sustancias grasas se conviertan en energía y a su vez, produzcan las hormonas epinefrina y norepinefrina.

El cuerpo no produce ni acumula la vitamina C, por su calidad hidrosoluble. Esta debe obtenerse diariamente con la dieta o en forma de suplemento. La vitamina C tiene una duración de unas seis horas aproximadamente; otros autores señalan un tiempo de vida un poco mayor pero no es significativa la diferencia. La mayor parte de su ingesta se pierde en la orina. Sin embargo, como es un agente preventivo y protagonista de un sinnúmero de funciones, al no producirla ni acumularla el cuerpo, su ingestión diaria es imprescindible.

Se asimila mejor cuando se mezcla con yogur. Con alimentos congelados es estable, en los jugos cítricos se pierde fácil y rápido por la oxidación, así mismo, pierde su potencia en contacto con el aire, el calor. o la luz, los álcalis, los fermentos oxidantes y los vestigios de cobre o hierro. Es soluble en el agua fría y caliente y en alcohol.

También se pierde en los vegetales conservados en vinagre, Su acción se potencia en forma sinérgica con la compañía de las vitaminas A. E y el selenio, con ellos, su efecto es mayor en el ataque, debilitamiento y eliminación de los peligrosos radica les libres. Sin embargo, es un agente preventivo y protagonista de un sinnúmero de funciones.

Además de las anteriores funciones, la vitamina C es necesaria en la hidroxilación de la prolina y la lisina. Igualmente, interviene en la formación, crecimiento y reparación de los tejidos, en la formación de la sustancia intercelular coloidal, el colágeno (su ausencia produce fragilidad capilar con tendencia a las hemorragias, por el agotamiento de esta sustancia cementadora).

También hace parte de la formación de muchos tejidos orgánicos: conectivo, cartílago y el oseo, de los dientes, salud de las encías, la dentina y de la piel, forma parte del liquido intersticial que se encuentra entre las células del tejido conjuntivo.

La vitamina C interviene en la acción de la carnitina y de diversas hormonas, en la absorción del hierro y en la eficacia de algunas reacciones enzimáticas. Es un agente preventivo fundamental de las oxidaciones celulares. Así mismo, es importante en las contusiones, en la reparación de fracturas, favorece los procesos de cicatrización: acelera la curación después de una cirugía y estimula la formación de nuevo tejido.

Activa la absorción del hierro e interviene en el metabolismo de los aminoácidos y del colesterol (equilibra sus niveles). también participa en la producción de hormonas anti estrés. Se absorbe rápidamente en el intestino delgado por medio de un mecanismo de transporte, dependiente del sodio. En ingestiones de hasta 180 miligramos se absorbe aproximadamente el 80%.

A la vitamina C le compete la formación de interferón, proteína que eleva las defensas, es necesaria para el metabolismo del ácido fólico y su conversión en ácido fólico, actúa de coenzima en la síntesis de los aminoácidos, tiroxina y fenilalanina. Cuando favorece la producción de enzimas, actúa aisladamente. Cuando los granos integrales se someten a la germinación, se incrementa la vitamina C en cantidades muy apreciables. Esta vitamina es más eficaz en combinación con todas las vitaminas, minerales y bioflavonoides.

Se le reconoce como agente contra el cáncer, al reducir sus riesgos y con una acción terapéutica. Además, tiene una acción determinante en el fortalecimiento del sistema inmune. Ayuda a potenciar los mecanismos protectores naturales (los anticuerpos) que defienden de infecciones, enfermedades virales y bacterianas; así mismo, protege contra la toxicidad al neutralizar y activar la eliminación de residuos tóxicos provenientes de las radiaciones, la exposición a contaminantes ambientales químicos, metales pesados, de los alimentos y del metabolismo celular.

Se constituye en un desintoxicante útil de la sangre y los tejidos, cuando se ha consumido agua mal tratada y drogas. Además, actúa como laxante. En dosis muy elevadas, la vitamina C puede causar diarrea. Por su acción depuradora inespecifica, previene el choque anafiláctico causado por las drogas.

Esta vitamina reacciona ante todas las sustancia extrañas que llegan a la sangre. Tiene efecto en los glóbulos blancos activándolos para la acción de ofensiva y destrucción de agentes extraños infectados. También es capaz de incrementar la producción de interferón natural, que es la defensa mas importante contra las infecciones virales. Expertos subrayan que mejora el efecto de las radioterapias y quimioterapias, mejorando el estado general y la tendencia a disminuir el dolor.

De igual manera, en cantidades mayores, anula la toxicidad del flúor, la sacarina y otros edulcorante tes artificiales, así como del plomo. el benceno, el tetracloruro de carbono y la del exceso de vitaminas A y D. Cuanto más tóxicas sean las drogas, mayor cantidad de vitamina C se necesita. Igual ocurre con los medicamentos, como con el uso de barbituricos, adrenalina, estilbestrol, estrógenos, aspirinas, sulfamidas, cloruro de amonio, antihistaminicos, tiouracilo, los extractos de tiroides y la atropina, ya que todos acarrean grandes pérdidas de esta vitamina mientras se toman, aún varias semanas después de suspenderlos.

Grandes dosis de vitamina C aumentan la eficacia y reducen la toxicidad de la anestesia, benzedrina, diuréticos, dilantín mercuriales, procaina y anfetaminas. El daño hepático que puede ocasionar el consumo de drogas, se evita con la vitamina C. Se sugiere, para proteger el organismo contra las reacciones de las drogas, el consumo de 250 mg y una naranja completa para cada dosis de droga.

Asi mismo, el auxilio de esta vitamina produce alivio de los síntomas de la adicción durante los tratamientos desintoxicantes de drogas y alcohol. Para la piel en las manchas oscuras de las personas de edad, se ha comprobado la disminución del daño producido por el paso del tiempo y la creciente contaminación atmosférica. Se ha encontrado también que contribuye positivamente en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares y en las rebeliones internas que dan origen a los tumores.

En cuanto a la curación de resfriados si se toma entre 1-2 mg de vitamina C al comenzar los síntomas, se reduce significativamente las molestias de esta afección respiratoria.

En enfermedades graves, se eleva el requerimiento, para evitar complicaciones que pueden resultar fatales, especialmente a nivel sanguíneo. La acción de la vitamina C en estos casos puede ser complementada con vitamina E, especialmente para preoperatorios.

Con la vitamina C se combate el escorbuto, enfermedad carencial de generaciones anteriores al siglo XX, causada por insuficiente con zumo de frutas o verduras frescas y crudas. Estas alteraciones se expresan en sangrado de encías, dientes flojos, gingivitis, caries, inflamación de la boca y mucosas, hemorragias nasales, cansancio anormal, debilidad, demencia, melancolía, inflamación, dureza de las articulaciones y resequedad de la piel.

La vitamina C auxilia al cuerpo en su lucha contra las enfermedades degenerativas, y ayuda a los artríticos al eliminar el hierro y el cobre alojados en las articulaciones, para aliviar las coyunturas adoloridas. Igualmente, es útil para los tratamientos de esquizofrenia y hepatitis serosa, alivia los síntomas y carencias que trae el envejecimiento, estimula la función de las glándulas suprarrenales (en estas glándulas, se almacena en grandes cantidades).

Es eficaz en los problemas gastrointestinales. La vitamina C está estrechamente te relacionada con la prevención del cáncer del aparato digestivo porque ayuda a proteger las paredes del estómago. En el embarazo ayuda a formar una placenta fuerte. La dosis aconsejada durante el embarazo, amamantamiento, etapa de crecimiento de los niños y, en momentos de gran estrés, se sitúa entre los 150 y 200 mg.

En cuanto a la diabetes, la vitamina C es capaz de potenciar la acción de la insulina y es de gran ayuda en el control de las complicaciones de la enfermedad. En las cataratas las vitaminas antioxidantes y la C en particular, ayudan a los ojos a liberarse de las proteínas degradadas, retrasando la aparición de la opacidad del cristalino que da lugar a la enfermedad (Guía de los Antioxidante tes. Santiago Gubern. Barcelona,2002).

En la capacidad preventiva del ácido ascórbico, se destaca su acción como escudo protector contra infecciones virales, daños que deja el tabaco, envejecimiento de la piel, incrementa la actividad de las defensas, para la prevención de tumores. Y en estudios contra el cáncer está en comprobaciones científicas determinar la acción de la enzima hialuronidasa, producto de las células cancerosas con el que ataca a las células sanas.

Previene la arteriosclerosis, porque evita la formación de coágulos sanguineos y hematomas. Además, da resistencia a los vasos sanguíneos, fortalece la integridad de las delicadas paredes capilares y mejora las magulladuras que dejan las lesiones. Es un factor clave en el tratamiento de la diabetes, en la presión sanguínea alta y en la infertilidad.

Deficiencia de Vitamina C

Su deficiencia influye negativamente en el metabolismo de los ácidos grasos y en la función cerebral; además propicia la fatiga, anorexia, irritabilidad, alopecia nerviosa, sinusitis, cistitis, drogadicción, hipoglucemia, pérdida de apetito, dolor muscular (la vitamina C, junto con la K posee cualidades analgésicas y mayor susceptibilidad a las infecciones virales, gripe, resfriados, alergias, angina, neumonía, asma, herpes zoster, estrés, tensión, bursitis, gota, prostatitis, otitis, cataratas, glaucoma, forúnculos, úlcera péptica, leucemia, ictericia, parkinson, esclerosis múltiple, venas varicosas, presión alta y cualquier condición de enfermedad.

Con deficiencia más seria causa taquicardia. disnea y finalmente, el escorbuto (síntomas mencionados). Además de las anteriores, se presentan otras manifestaciones por carencia de esta vitamina, envejecimiento precoz, obesidad, menor resistencia a las infecciones, magulladuras, sangrados fáciles, encias retrotraidas, piel áspera y lenta recuperación en los procesos curativos.

Inhiben la absorción de la vitamina C, la fiebre, el alcohol, la cafeína, el tabaco, las aspirinas y la tetraciclina. Las infecciones y el estrés, la agotan y aumentan las necesidades de la misma. Demanda requerimientos mayores de esta vitamina los fumadores, niños en crecimiento, mujeres embarazadas y ancianos.

Poliascorbato éster C

El doctor Jonathan Wright fue el primero en investigar y descubrir otra forma de vitamina C, el poliascorbato éster C, fundamental para el adelanto de los estudios científicos de esta vitamina, especialmente para las personas que sufren de enfermedades crónicas, diabetes, artritis, cáncer y sida. Demostró que el nivel de ascorbato en los glóbulos blancos aumenta cuatro veces más con el éster C que con la vitamina C corriente, o ácido ascórbico, y que solamente una tercera parte de esa cantidad se excreta por la orina.

Cuando se presentan enfermedades inmunitarias carenciales graves, se requieren cantidades mayores de vitamina C. Es más efectivo aplicar por vía intravenosa que tomar en dosis elevadas. En estos casos debe ser administrada solamente bajo prescripción médica. El éster C ingresa en la corriente sanguínea, glóbulos rojos y en los tejidos, con una mayor efectividad y es más rápida su absorción. Esto es vital para el sistema inmune. Por otra parte, el éster C liga naturalmente los minerales hierro y calcio, facilitando una absorción más rápida. La suplementación viene en forma de polialcorbatos con pH balanceados, fabricadas con especificaciones precisas y combinadas con calcio, magnesio,zinc y sodio.

Dosis diaria de Vitamina C

Se sugiere una cantidad de 100 mi miligramos diarios para sostenimiento y prevención, en el caso que los alimentos estén desbalanceados. Sin embargo, la OMS/FAO recomiendan la ingestión de 30 miligramos diarios de vitamina C, en general, la dosis aconsejada está entre 40 y 60 mg por día, la raza negra requiere mayores cantidad de vitamina C. La prevención y cura de muchas enfermedades la hacen la campeona de la salud, al ser un ingrediente fundamental en la síntesis de sustancias y en las estructuras orgánicas.

La dosis diaria se puede cubrir con la ingestión de muchos alimentos crudos y frescos, que la contienen. La cantidad de vitamina C en 100 gramos de los siguientes productos es: kiwi contiene (300 mg), guayaba (240 mg): marañón (200 mg), mango (80 mg): papaya (75 mg): curuba (70 mg): papayuela (70 mg): fresa (60 mg). Igualmente, se cubren los requerimientos diarios con el consumo de dos naranjas, o dos tomates: 100 gramos de alfalfa o pimentón, de coles, repollo, brócoli, repollitas de bruselas, perejil, fresas, limón y mango.

Fuentes naturales de Vitamina C

Fuentes naturales: Las frutas y vegetales frescos. El contenido de vitamina C depende de la variedad y del grado de madurez, del origen, de las condiciones de almacenamiento y manipulación del producto to. También se encuentra la vitamina C, en el polen, cítricos, toronja, mandarina, piña, melón, guanábana, frambuesas, manzanas, moras, peras, bayas, bananos, nísperos, uvas pasas, grosellas negras, rojas y blancas, aguacate, espinacas, acelgas, alcachofas, lechuga, verde color verde oscuro, col de Bruselas (90 UI), repollo morado (50 UI, blanco 46 UI), coliflor(78 UI), col rizada, cebollas, ajos, aji, (230 UI) espárragos, arveja tierna, pepino cohombro, pimienta, guistantes, remolacha, papa, rábano, batata, tomates, zanahoria, berros, perejil (172 UI), diente de león, hojas de mostaza y nabo (113 UI), suelda consuelda, pasto de cereales (trigo y cebada), las bayas secas de la rosa (escaramujo o rose hips) y en la leche.

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