El ácido hialurónico, también llamado hialuronato sódico se encuentra naturalmente en el cuerpo humano, hace parte del colágeno de la piel, es el hidratante por excelencia.
Es un tipo de carbohidrato llamado polisacárido muco, formado por cadenas de moléculas de azúcar unidas entre sí, formando una especie de gelatina. Se encuentra en muchos tejidos del cuerpo, en el líquido de los ojos y las articulaciones, huesos, cartílagos y la piel.
Este compuesto se utiliza frecuentemente como medicamento producido en laboratorios a partir de determina das bacterias, también por extracción, por ejemplo a partir de crestas de gallo. Es remedio muy eficaz en el tratamiento de la artritis reumatoide u osteoartritis, por su efecto lubricante.
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Se usa en productos cosméticos para hidratar la piel, para la curación de heridas, ulceraciones en piel y boca y para eliminar líneas de expresión (arrugas). Cuando se inyecta, debajo de la piel, crea una pequeña estructura que produce retención de agua y así aumenta el volumen en la zona donde se aplica, pero con el paso del tiempo se va reabsorbiendo, sin generar efectos secundarios, de este modo permanece esta molécula entre ocho meses y año y medio, como máximo.
Se usa básicamente para la cara cuando hay pérdidas de volumen leves a moderadas en los surcos nasogenianos (entre la nariz y las comisuras de los labios), en el surco que se forma en él y en zonas donde las arrugas se han profundizado. Se usa de manera más profunda para aumentar el volumen del mentón y los pómulos. Existen estudios donde se ha considerado el uso de este ácido para disminuir dolores articulares producidos por desgaste en las rodillas.