Todos pasamos por distintas adversidades y problemas que se nos presentan a lo largo de la vida, lo mismo ocurre con nuestro pequeño negocio o empresa. Muchas veces estamos en un periodo de gran productividad, donde los clientes abundan y las utilidades prosperan, pero llegan otros tiempos en los que el viento no está a nuestro favor y parece que todo empieza a derrumbarse, es ahí cuando entramos en un periodo de desconfianza, de pesimismo, nuestra autoestima se ve por el suelo, pensando que ya no existe ninguna salida, que lo único que nos queda por hacer es cerrar, sin haber peleado la batalla, esto se denomina “cobardía”, y algunos se debilitan, otros se endurecen, pero también existe la posibilidad que se conviertan en seres más fuertes.
Vender en estos tiempos difíciles, exige por parte de los dueños, determinación y fortaleza personal. Aunque veamos que las cosas van mal, la idea es seguir perseverando, esto lo hicieron grandes empresarios que caían pero se volvían a levantar, aún más fortalecidos que antes, sin darse por vencidos porque cada fracaso se convertía para ellos en un reto, para aprender del error y corregirlo. Lógicamente no todo va ser color de rosa y las cosas no van a estar 100% bien, siempre existirán los altibajos, y en el camino vamos a encontrar bloqueos, desvíos, pero hay que aprender de todas estas experiencias, para que en un futuro nos sirvan para no volver a cometer las mismas equivocaciones, y convertirnos en maestros sabios para futuras generaciones.
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