La Colina o Vitamina J, es un componente fundamental de la lecitina. La colina es necesaria para la transmisión de los impulsos nerviosos y la regulación de la función hepática y de la vesícula biliar.
La colina reduce al mínimo el exceso de grasas en el hígado y en las arterias, mejorando su funcionamiento; ayuda en la producción hormonal y es necesaria para el metabolismo de las grasas y el colesterol.
La falta de colina menoscaba la función cerebral y la memoria. Es un neurotransmisor precursor de la acetilcolina, es benéfica para los trastornos del sistema nervioso como la enfermedad de Parkinson o la disquinesia tardía, protege la estructura de la membrana celular.
Se requiere para la síntesis de ácidos nucleicos y los aminoácidos. Previene la formación de cálculos. Se emplea para reducir los efectos del alcoholismo, para tratamientos de colesterol alto, arteriosclerosis, endurecimiento arterial, regulador de la función cardiovascular, para problemas cardíacos, presión alta, hipoglucemia, dolor de cabeza, nefritis y cambios degenerativos en riñones y vejiga, se usa para el glaucoma, la miastenia grave, la constipación y la alopecia.
El aminoácido metionina ayuda a producir la colina en el organismo. Los siguientes alimentos contienen una cantidad significativa de colina: yema de huevo, germen de trigo, legumbres y vegetales de hojas verdes, leche, cereales integrales, levadura de cerveza, manzanilla, diente de león, menta, regaliz y ortiga.
Fuente: Diccionario Naturista – Naturaleza y Vida