¿Cómo enseñar a nuestros niños a ser felices?

enseñar a ser felices
enseñar a ser felices

Es una tarea muy difícil enseñar a nuestros niños a ser felices, sobre todo en una sociedad como la actual, en la que están bombardeados por tanta información tanto positiva como negativa.

Es más, se sienten saturados y confundidos porque los medios masivos de comunicación masiva hace que las noticias lleguen al instante y la gran mayoría de ellas no son buenas, puesto que siempre tratan de darle mayor importancia a la tragedia, al dolor, en fin a infinidad de problemas que van afectando a nuestros niños a nivel inconsciente, de ahí la importancia de tener el acompañamiento de sus padres la mayor parte del tiempo, para que pueda ser guiado y orientado ante tanta tragedia que enfrenta el mundo.

Para la psicóloga Silvia Alava, “el 50% de la felicidad de los pequeños se debe  a factores genéticos, el 10% a las circunstancias vividas y el 40% a la actividad emocional, la cual podemos aprender a controlar para poder llegar a ser más felices”. Lo que lleva a concluir que la felicidad también se aprende.

Según estudios realizados por la Doctora Sonja Lyubomirsky y María Jesús Alava Reyes, existen una serie de actividades  que contribuyen a reforzar una actitud siempre feliz en un niño, a pesar de las circunstancias. Entre ellas tenemos las siguientes:

“* Enseñar a los niños a ser amables, esto hace que ellos experimenten mayor satisfacción y energía, tendiendo a ser más cariñosos y van a tener la fortuna de lograr mayor aceptación social.

* Se debe enseñar a los pequeños a ser agradecidos, la gratitud es una cualidad que favorece la estabilidad mental, además de enriquecer el crecimiento de los niños. Un niño agradecido va a valorar más lo que tiene y lo que posee en su entorno.

* Los niños que crecen en un ambiente positivo, van a ser más seguros de sí mismos, y van a tener una mayor capacidad de autocontrol.

* Hay que tratar de evitar etiquetarlos, en otras palabras, no debemos proferir palabras indebidas sobre ellos, como por ejemplo: No sirves para nada, pareces un bobo, deja de ser tan flojo, eres un mentiroso etc.

Estas palabras van a calar muy hondo causando heridas en su corazón, de tal manera que a medida que van creciendo, se va formando ese carácter, de acuerdo al d perfil, en el cual se le ha catalogado. Estos pequeños serán tristes, con baja auto-estima, que lo conducirán al auto rechazo, problema bastante grave que lo puede llevar a tomar las peores decisiones.

* Para disciplinarlos, más que con castigo físico, se debe hacer con amor, enseñándole a dar un valor justo a las cosas y a las situaciones, fomentando el respeto hacia la autoridad, la honestidad, la tolerancia y obediencia.

* Permitir que por medio de nuestra orientación, ellos logren alcanzar sus objetivos con su propio esfuerzo, así iremos viendo sus habilidades y talentos, los cuales hay que reforzarlos, para que cuando sean grandes, no tengan problema para decidir que desean ser en la vida.

* Y por último, debemos enseñarles a controlar sus emociones, es necesario que aprendan a enfrentar y resolver pequeños problemas de manera práctica, esto le generará tranquilidad y armonía en su carácter, algo que sabrán agradecer, porque para vivir feliz en este tiempo, hay que poseer inteligencia emocional, para no desfallecer y poder salir triunfantes en esta vida.”

Niños felices
Niños felices

En resumen, para ser feliz no se necesita tener riquezas, dinero o fama. Lo más importante es que como padres demos un buen ejemplo con nuestras acciones, donde se les brinde a ellos un ambiente de amor, paz y convivencia.

Qque los niños vean en nosotros seguridad en sí mismos, en nuestro carácter, en la toma de decisiones, en la solución de problemas, que aunque estemos en medio de la tormenta, no nos vean débiles sino fuertes, con una actitud positiva.

Ssabiendo que tenemos a un “SER SUPREMO”, que está de nuestro lado y que siempre permitirá que algo bueno suceda, para que las circunstancias cambien a nuestro favor.

Estos niños, serán felices, porque siguieron un modelo establecido por sus propios padres, a quienes admirarán y agradecerán siempre, sin tener que recurrir a modelos artificiales creados por una sociedad sin valores, que al final lo llevarán al fracaso.

Esta es la clave, para que nuestras futuras generaciones crezcan siendo felices y no padeciendo el resultado de errores que ni siquiera fueron cometidos por ellos, sino por sus propios progenitores.

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