La naranja (citrus aurantium), es una fruta se suele consumir al natural, en su jugo, o bien, formando parte de mermeladas y compotas. Contiene los principales minerales en buena proporción y buenas cantidades de vitaminas A (750 UI), B1, B2, B3, B5, B6, C (900 UI), E y P, inositol, ácidos, fólico, cítrico, málico, oxálico, sacarosa, proteínas, sales minerales, fósforo, calcio, magnesio, hierro, sodio, potasio, zinc, yodo y oligoelementos como cobre, silicio, manganeso, cal y cloro.
Es fuente de aminoácidos, enzimas y celulosa. Es una fruta con una acción de amplio espectro tanto para conservar la salud, como para sanar muchas enfermedades, por su acción tónica, depurativa y antioxidante.
Refuerza el sistema inmune. Es un protector de los vasos sanguíneos, preserva su flexibilidad. Es un alimento regenerador de las células, de los tejidos y vitalizante de todos los sistemas. Se recomienda especialmente por su poder energético para anémicos, estreñidos, gotosos, diabéticos y urémicos.
Combate las infecciones, alcaliniza la corriente sanguínea, reconstruye la piel y los tejidos lesionados, elimina el dolor de cabeza, reduce las alteraciones nerviosas y el insomnio; es eficaz para las vías digestivas y respiratorias y regulariza el ritmo cardíaco.
Efectúa una verdadera cura de desintoxicación y lavado interno en todos los órganos y sistemas, al mismo tiempo que aporta grandes cantidades de nutrientes. Es benéfica en casos de obesidad, pues, además de alimentar, contribuye en la pérdida de peso. Se recomienda no combinarla con otros alimentos, consumirla sola, entera o en jugo.
Fuente: Diccionario Naturista – Naturaleza y Vida