EL limón (Citrus lemon) es llamada la fruta ácida de los mil usos. Tiene propiedades diuréticas, microbicidas, antisépticas, astringentes, tónicas, depurativas, refrescantes, equilibrantes de funciones orgánicas, como anticoagulante, cicatrizante, desintoxicante y vermífugo.
Su cáscara es carminativa y tónica. Contiene vitaminas A, C. B2, B3, B6, B12 y PP, calcio, fósforo, magnesio, hierro, sodio, potasio, silicio, azufre, cloro, ácidos cítrico, málico, fórmico y oxálico. Las flores del limón son ricas en polen, hormonas vegetales, vitaminas y minerales.
La corteza del fruto contiene vitamina P. Es el más poderoso desinfectante. En higiene personal, se usa como desodorante y pasta dental. El limón corta la grasa de las comidas, aumenta la secreción del jugo gástrico, fortalece el estómago, es antiflatulento, cura las diarreas y las encías que sangran, desinfecta heridas, destruye residuos metabólicos y elimina toxinas de la sangre y gastrointestinales.
Es un poderoso neutralizante de la acidez de la sangre al transformarse en sustancia alcalina. Purifica y fluidifica la sangre. Combate la arteriosclerosis, da flexibilidad a los vasos sanguíneos, baja la presión arterial, alivia los dolores de cabeza, vértigos y mareos, afecciones nerviosas, reumatismo y tuberculosis.
En golpes, se masajea la piel con el limón, en inflamaciones, o enconos, se usa soasado. Para bajar la fiebre se coloca partido bajo las axilas, cambiándolos permanentemente. Util para las afecciones de la garganta y los bronquios.
Los sabañones se tratan con limón caliente. La infusión de la cáscara elimina aparásitos y flatulencias, facilita la digestión, elimina y tonifica los nervios; las hojas tienen efectos sedantes y antiespasmódicos. Los limones, entre más verdes, son más ácidos y la recomendación es consumirlos maduros.
Hay personas muy sensibles a sus ácidos y no pueden metabolizar bien, quienes padecen artritis, deben consumirlo con moderación. Sus propiedades se aprovechan al máximo licuándolo con su cáscara, sin semillas, en un vaso con agua. Para preparar limonada basta una pizca de la sustancia, pues mantiene intactas sus características organolépticas.
Fuente: Diccionario Naturista – Naturaleza y Vida