Desafortunadamente en la actualidad, el tema de el divorcio, es muy común entre las parejas, es más se le ha restado importancia al matrimonio, para evitar todos los problemas que conlleva el pagar abogados y otros aspectos legales.
Dde ahí que las relaciones de hoy en día, sean libres, aunque ante la ley existen códigos y decretos, en la que ambos tienen los mismos derechos legales, después de haber convivido por más de 2 años.
En la elaboración de este artículo, quiero enfocarme en lo relacionado con el divorcio y los efectos negativos sobre los hijos, cuál es la posición de éstos frente a esta situación y que reacciones negativas surgen en su área emocional.
Según Vangyseghem y Appelboom, 2004 “Psychological repercussions of parental divorce on child” (Article in French)
“Se dan muchas reacciones emocionales en los hijos, y no están totalmente predeterminadas, ya que el comportamiento de ellos varía dependiendo del grado de afectación. Por ejemplo:
*De 3 a 5 años: Ellos se creen los culpables de ese rompimiento, creen que por determinado comportamiento como el de no haber comido, o no haber hecho su tarea, es que sus padres se pelean y como su pensamiento es tan mágico, lo conduce a tener actitudes para remediar el problema, y hace que tome responsabilidades tremendamente imaginarias, que en realidad no van a solucionar nada, sino que al contrario terminar por empeorar aún más la situación.
Las consecuencias que trae sobre los niños, no es nada alentadora, ellos sufren mucho porque temen quedarse solos y abandonados, hay que recordar que a esta edad, los padres son para los pequeños todo su universo, su entorno gira alrededor de ellos, constituyéndose en las personas que les van a ofrecer el cuidado y protección por siempre, pero al observar que cada uno coge por su lado, su mundo se derrumba totalmente afectándolos no solo a nivel físico, sino emocional y psicológicamente.
*De 6 a 12 años: Es la edad más difícil, porque ya son más conscientes de lo que está pasando y esto les causa mucho más dolor, porque no saben cómo reaccionar frente a esta situación, ellos creen que sus padres de pronto se pueden reconciliar y hacen todo lo que está en sus manos para que esto suceda, pero cuando ven que es inútil, se viene sobre ellos un sentimiento de fracaso total, que lo afecta muchísimo, produciendo problemas que pueden quedar en sus mentes por siempre, causando consecuencias graves.
*En los adolescentes: Esta edad es muy complicada, porque además de los problemas que tienen que lidiar propios de la edad, se le suma el divorcio de sus padres, produciendo en ellos sentimientos de miedo, soledad, depresión y culpabilidad, desencadenando crisis que los pueden llevar a tomar decisiones tan drásticas como el suicidio al ver que no hay salida, ni nadie que los ayude, pues sus padres en quienes tenían puestas sus esperanzas ya no estarán juntos, trayendo cambios drásticos en su estilo de vida. Aparte de todo esto, empiezan a dudar de su habilidad para casarse o llegar a mantener una relación estable”.
Como podemos observar, el “divorcio”, no ofrece un panorama favorable para nuestros hijos, lo cual nos lleva a reflexionar y pensar que antes de tomar una decisión tan drástica como ésta, primero pensemos en el futuro de nuestros hijos, no vaya ser que por tomar una decisión a la ligera, llegue a nuestras vidas tragedias, que posiblemente se hubiesen podido evitar al pensar mejor las cosas, tragedias que dejarán por siempre marcadas nuestras vidas, por esta razón cuando se establece una relación, lo primero que se debe hacer es conocer bien a la otra persona, y no dejarse llevar únicamente por lo superficial, pues es algo efímero y pasajero, mientras que los valores y los sentimientos son los que perduran con el paso del tiempo.